En tu tejado
Anoche creí ver la luna colgando en tu tejado, pero resultaste ser tú maullando entre los gatos tu triste canción felina. Mientras las hebras de plata de tu pelo me deslumbraban pensé que sería maravilloso quedarse así, contemplándote, salvaje y delicada, por el resto de lunas que me pudieran quedar. (Continuar leyendo)